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conoce tu historia negra parte 2 revueltas esclavas en altamar: la determinación infatigable y el fin del mito del amistad

December 1, 2015

El periodo de viajes esclavistas ha sido descrito como “el Holocausto Africano”, una travesía brutal y letal para los africanos tomados a la fuerza para el tráfico humano hacia las Américas. El cálculo estimado de cuántos africanos murieron en ese viaje alcanzan hasta el 50% de los embarcados. El movimiento de los esclavos a través de las Rutas Esclavas fue de todo excepto controlado. Revueltas sangrientas de esclavos se daban en las naves que hacían estos viajes, haciendo con frecuencia que el viaje en sí mismo fuera igualmente peligroso para los esclavistas que cruzaban el Atlántico.


Por Nick Douglas, Contribuidor para AFROPUNK

(CLICK HERE to read the original article)

Traducción por Felipe Parra

(Art: Mural by Hale Woodruff)

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Para entender cuánto de la fortuna actual de USA fue generada por el esclavismo no hay que ir muy a fondo, basta con observar lo que fue el comercio esclavista en la zona Atlántica. Massachusetts, Rhode Island, Connecticut y Nueva York no fueron conocidos en sí como estados esclavistas; sin embargo sus industrias marítimas –tanto de fabricación como de soporte de infraestructura- sacaron gigantescas ganancias del tráfico humano. Las leyes marítimas favorecían a los esclavistas, permitiendo a los dueños de las naves el hacer procesos de aseguración de bienes que les permitía recibir compensación económica por los esclavos que eran asesinados durante los viajes. La Aetna Insurance Company (una de las compañías de seguros actuales más competitivas en el mercado), que tenía su base en Hartford, Connecticut, hizo enormes ganancias vendiendo Seguros de Bienes sobre los esclavos a través de todos los años 1.800 en territorio de USA. Las revueltas esclavistas en altamar eran esenciales para exigir el tráfico humano continuo de esclavos afro hacia las Américas.


El Historiador Joseph E. Holloway ha hecho los siguientes cálculos: entre 1.500 y 1.859, entre 10 a 15 millones de personas fueron transportadas hacia las Américas a través de la Ruta del Atlántico; entre 10%-50% de ellos murieron en el viaje. De aquellos que murieron en el viaje, 1 de cada 15 murió en un intento de sublevación. Y de acuerdo a estas cifras, el costo sangriento de las revueltas esclavas en altamar mantuvo entre 600.000 a 1’000.000 de africanos de caer en las cadenas de la esclavitud en el continente americano.

En total, alrededor de 500.000 esclavos fueron transportados a USA: casi la mitad de los esclavos en USA fueron transportados ilegalmente después de que el gobierno de USA hubiera prohibido la importación de esclavos en 1.808. Esta legislación en gran parte se realizó por el miedo de que USA viviera la experiencia de una rebelión exitosa de esclavos como la que ocurrió en Haití [Revolución Haitiana] si continuaban llegando más esclavos a territorio continental. Pero debido a las aplicaciones flojas de estas leyes, aún hasta 1.859 en los puertos más grandes de toda América se continuaban fabricando barcos especializados en el transporte esclavo.

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El Caribe, México, América Central y Suramérica recibieron la porción del león en cuanto al volumen de esclavos que se movió durante el tiempo de la Ruta Esclavista – entre 10 a 14 millones de vidas-. Estas áreas también tuvieron el mayor número de revueltas tanto en naves como en tierra: la mayoría de las 500 rebeliones esclavas en altamar documentadas ocurrieron en barcos esclavistas con destino a Latinoamérica. La esclavitud fue abolida en Haití en 1.804. Para 1.829, gracias a las campañas de liberación liderada por Simón Bolívar y otros, la esclavitud fue abolida en cada país de Latinoamérica excepto en Brasil, país todavía bajo dominio de la Corona Portuguesa.


Hubo mucho más de las 500 revueltas reportadas en los barcos esclavistas, es posible que el número llegara a los miles y que nunca se hubieran reportado. Durante los 300 años de comercio esclavista, 145 barcos se hundieron pereciendo todos los tripulantes a bordo. No se conoce el destino de 15 naves esclavistas en ruta; nunca sabremos cuántas de estas naves, en realidad, fueron tomadas por los esclavos durante las revueltas. Y no tenemos un número exacto de cuántas naves esclavistas fueron forzadas por los esclavos a quedar encalladas, a menudo con armas y municiones, en territorio americano, o si regresaron a África. Los cimarrones –africanos sublevados- usualmente asesinaban a los marineros esclavistas y quemaban las naves después de escaparse.
Los esclavistas fueron desarrollando una serie de tácticas para disminuir las oportunidades de rebelión esclava. Contrataron compañías de mercenarios [sicarios] fuertemente armados. Capturaban a africanos de una gran variedad de tribus para intentar prevenir que se comunicaran entre sí durante el viaje. Mantuvieron a los esclavos bajo cubierta durante todo el trayecto e inclusive instalaron más tragaluces y ventilaciones para permitirles a los esclavos más aire libre –y de esa forma evitar que pudieran subir a refrescarse-. Pero nada de lo que ellos hicieron impidió que ocurrieran las revueltas.
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La mayoría de las revueltas fueron fallidas, pero los intentos tuvieron un enorme impacto en las tripulaciones esclavistas y en los africanos que luchaban. Las revueltas de altamar eran una situación muy particular y delicada tanto para los esclavistas como los esclavos; tripulaciones de mercenarios literalmente tenían que luchar por su vida si el navío estaba demasiado lejos de tierra: no podían escapar. Las revueltas que ocurrían con el barco anclado o cerca a la playa usualmente eran las únicas oportunidades en las que podían escapar en barcos o saltar del mismo y nadar hacia la orilla, táctica tomada por muchos.


Las revueltas ocurridas a mar abierto eran las más peligrosas para los esclavos; necesitaban o saber cómo navegar el buque de regreso a la orilla africana sin encallarlo, o arriesgarse capturando marineros y confiar que supieran hacerlo de forma segura. Este fue el caso de la revuelta en el barco Amistad: los esclavos tuvieron que asegurarse que habían capturado marineros que podían llegar a la nave con toda seguridad a tierra. En el caso del Amistad los marineros engañaron a los esclavos y no los regresaron a África sino que los llevaron a las Américas. Las revueltas en altamar eran un asunto de supervivencia y ambos bandos estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para sobrevivir.

Muchos norteamericanos solamente conocen de una revuelta esclavista exitosa en altamar, la del barco Amistad mencionado antes. La película Amistad (Steven Spielberg, 1997) retrata a los jueces blancos y sus cortes legales de la época como héroes que permitieron el regreso de los esclavos a sus tierras como hombres libres. Esta es una narración condescendiente porque, al final, los africanos dependían de la caridad de norteamericanos eurodescendientes para su salvación.

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Pero las revueltas esclavas exitosas ocurrían cuando los esclavos habían conseguido su libertad sin tener que apoyarse de ninguna otra fuerza externa para poder hacer las decisiones que determinarían su futuro y fortuna. Considero así a Amistad una revuelta fallida. El mito del Amistad es una continuación del mito del heroico y benevolente hombre blanco en su lucha contra el esclavismo.
Los esclavos africanos tomaban cada oportunidad que se les presentaba para rebelarse. Y fueron sus ataques llenos de coraje contra hombres fuertemente armados lo que determinaba si al final serían libres o no.

Los primeros periódicos y gacetas coloniales reportaban con detalle lo que ocurría en los barcos esclavistas desde los puertos. Los colonizadores leían sobre las constantes revueltas esclavas que ocurrían en la Ruta del Atlántico; cientos de revueltas esclavas fueron así conociéndose en las colonias norteamericanas al interior. Este artículo solamente resaltará algunas.

Muchos barcos esclavistas fueron atacados en África aún antes de que pudieran partir. En Enero 23 de 1.731, el Read’s Weekly Journal reportabda que el capitán y la tripulación de la goleta William Jump fueron “sorprendidos por sus esclavos” en la Costa, siendo asesinados todos a excepción de tres niños.

En un reporte del 25 de Octubre de 1.732, el Rhode Island Gazette daba una idea del caos y ferocidad en las revueltas esclavistas y cómo iban estallado; cuatro “negociantes de negros” que habían abordado un barco en la cosa de Guinea fueron sindicados de haber instigado y ayudado a que ocurriera una revuelta que causó a 20 esclavos escapar en canoas y botes con los mismos negociantes. Después, más africanos volvieron en canoas e intentaron abordar los botes para liberar a los esclavos que quedaban ahí pero fueron repelidos. Al mismo tiempo en un barco cercano, los esclavos se rebelaron y aniquilaron a la tripulación entera junto con su capitán. El Capitán Perkins fue amputado de brazos, piernas y cabeza.

En 1.742 en Sierra Leona el barco Jolly Batchelor fue atacado por africanos desde la orilla que al dominar el barco liberaron a todos los esclavos a bordo.

Las noticias de las revueltas esclavas podían tomar meses en llegar. La muerte del Capitán Bear de Rhode Island en un barco a orillas de la costa de Guinea en Enero de 1.747 fue reportada por el Pensylvannia Gazette sólo hasta el mes de Mayo. El Capitán Bear y su tripulación fueron asesinados por los esclavos en un barco con una considerable cantidad de oro a bordo. Los únicos dos sobrevivientes se lanzaron por la borda y nadaron hasta quedar a salvo, para luego enviar su reporte de lo ocurrido en una carta vía Isla de Barbados. El barco –probablemente como muchos otros que tuvieron revueltas a bordo- nunca reportó haber tenido ningún tipo de inconveniencia de este tipo; es lógico el asumir que junto con su libertad, los africanos libres tomaron el oro que hallaron.


El Newport Mercury en su edición de Junio de 1.763 describió a las revueltas esclavistas de dos barcos en Newport, Rhode Island. Un Capitán Taylor, llegando desde Annamaboa [hoy Ghana], reportó que dos comerciantes de esclavos de Newport habían sido asesinados en Noviembre de 1.762 en lo que hoy es el Estuario de Gabón. El capitán George Frost dejó a 60 esclavos sobre cubierta y estos lo acorralaron y lo lanzaron sobre cubierta junto con un marinero negro. El marinero negro pudo nadar hasta la orilla, el capitán intentó nadar de regresó al barco donde los africanos lo empalaron con una lanza. Los mismos usaron armas de corto alcance de la tripulación para dispararle a canoas que vieron acercándose al navío y por accidente causaron una explosión de pólvora que asesinó a 30 esclavos. 3 días después cuando el navío fue de nuevo controlado por los esclavistas, el grumete [de apellido] Grant, también de Newport, fue encontrado bajo cubierta degollado.
El capitán Taylor también reportó sobre un buque esclavista (que zarpó de Liverpool, Inglaterra) del que se apoderaron los africanos, que también asesinaron al grumete. Los esclavos escaparon, dejando al barco a la deriva y que encallara al estrellarse por fuerza de la marea.

En 1.765 un grumete de nombre Dunfield llegó a Newport en un balandro llamado The Three Friends. Había sido grumete de un navío esclavista que salía de Bristol, Connecticut. En el invierno de 1.764 todo marinero y hasta el capitán fueron asesinados por esclavos cerca a Sierra Leona. Él estuvo a salvo debido a que –para su fortuna- había estado fuera del barco durante la revuelta.

En la edición de Noviembre 25 de 1.765 del Boston-Post Boy and Advertiser, dos capitanes reportaron lo que había ocurrido en sus propios barcos negreros. El capitán Hopkins, que había zarpado en un bergantín desde Providence, Rhode Island, reportó que tan pronto como su nave dejó la costa africana, su tripulación cayó enferma. Él tuvo que hacer subir a cubierta a los esclavos para que le ayudaran a manejar la nave. Los esclavos entonces liberaron todos los esclavos a bordo y en una batalla sangrienta él y su tripulación asesinaron, hirieron o echaron por la borda a 80 esclavos para poder recuperar el control de la nave. El capitán Rogers, que había dejado África rumbo a las Indias Orientales [la sección del Caribe Antillano y el archipiélago de Lucayan], tuvo que asesinar a 12 de sus esclavos después de que estos pudieran liberarse e intentaran adueñarse del barco cuando estaban a la altura de Barbados.


Estos son algunos ejemplos de los muchos reportes de revueltas a bordo que muestran cómo los africanos tomaban cada oportunidad que se daba para luchar. Los africanos entraban en una lucha de vida o muerte para prevenir ser tomados desde África para ser explotados en las Américas. Ellos no contaron con el apoyo del Sistema Judicial  o la benevolencia caucásica para determinar sus derechos a ser libres. Y sus valientes intentos contra tripulaciones de mercenarios entrenadas y armadas muestran una determinación inquebrantable a resistirse a la esclavitud.
Esta determinación no se quebró o terminó después de vivir la Ruta del Atlántico sino que continúo en tierra una vez habían llegado a las Américas. Describiré estos esfuerzos en la tercera parte.

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* Nick Douglas es el autor de Finding Octave: The Untold Story of Two Creole Families and Slavery in Louisiana, disponible en Amazon. Tiene un blog de contacto www.findingoctave.com/contact.html  para aquellos lectores que quieran conocer más de su trabajo.

Mucha de la información de este artículo y sobre otras revueltas esclavas está disponible en  www.slaverebellion.org.

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